viernes, 5 de marzo de 2010

No estás tan loco como crees

Pasamos toda nuestra vida pensando que somos aquello que hacemos, somos aquello por lo que nos nombran o identifican. Escritores como Wayne Dyer identifican este aspecto del ser humano como el ego. El ego es todo aquello que creemos ser, es nuestra mente apoderándose de nuestra esencia y haciéndonos creer que somos ella, que somos este cuerpo, estos ojos, esta sangre, esta piel. Sin embargo, al acallar nuestros pensamientos, podemos percibir una presencia que casi nunca percibimos, una presencia poderosa y llena de paz, esa presencia, somos nosotros mismos, nuestra verdadera naturaleza, la conciencia pura. El ego es la verdadera locura, la locura compartida en la que vive la sociedad, pocos somos los locos que creemos, sentimos y pensamos diferente, pero en realidad, no es locura, es libertad. Libertad de las cadenas de la ignorancia, libertad de las creencias religioso-políticas, libertad de nuestros propios sentimientos autofrustrantes, autonomía, independencia y vida.

Tenemos miedo de expresar quienes somos en realidad, solamente por temor a las críticas y la soledad que conlleva tener ideas diferentes al conglomerado. Tenemos miedo de nosotros mismos porque pensamos que no podremos defender nuestra posición ante los lobos sociales que solo buscan el estatus quo. Sin embargo, esa voz interior sigue luchando, dictándonos órdenes contrarias a lo que supuestamente deberíamos hacer, esa voz somos nosotros, es nuestro verdadero yo, es la conexión eterna con el universo de la cuál nos desprendemos. No solamente somos cuerpo y alma, somos existencia, la existencia de la que está hecha todo, no Dios, no Satanás, no paz ni pecado, somos todo lo que existe bajo una perspectiva diferente a eso mismo. Somos fruto del caos del universo, que con un pequeño cambio, creó todo, con un ligero movimiento de lugar y de cosas, con una pequeña intención, convirtió todo aquello que somos, y aquello que existen en lo que es y existe.

La soledad viene de ser diferente, pero también viene la sabiduría, y el hecho de poder apreciar de una forma en la que pocos han logrado, la vida, la existencia.

No nos confundamos, podemos ser poderosos, podemos ser ricos y podemos ser egoístas, podemos ser lo que queramos ser, sin miedo. Pero nunca, nunca con arrepentimiento.

"Podemos ser lo que queramos, y en esa diferencia, encontraremos la felicidad de ser"

1 comentario:

ELILUC dijo...

...pues no te digo nada...no soy mentirosa....o si????
un abrazo