lunes, 4 de enero de 2010

Pena y Gloria de un Corredor: CAPITULO I



MI PEOR ENEMIGO: MI PROPIA FAMILIA

Hago remembranzas de aquellos días en mi casa. Un pueblo pequeño con gente pequeña, una familia conformada por tres tías, un tío, mi abuela, mi abuelo, mi hermana mayor y mi hermano menor, mi papá y mis primos. Vivimos en la casa de mi abuela todos, siendo ella el eje central sobre el cuál se toman las decisiones y sugerencias para todo. Mi padre, un hombre absorbido por su trabajo y su fútbol, es totalmente dependiente de mi abuela. Ella sufre de diabetes y pues, eso la hace estar enferma muchas veces y por mucho tiempo, sin embargo, posee un carácter espantoso, te dice lo que quieres oír y mucho más.

Pasan los años y mi abuela muestra demasiado favoritismo por mis primos (hijos de una de mis tías), les dá las mejores comidas y las mejores cantidades, mientras que a nosotros nos deja las sobras y nos pone a escoger entre uno de dos alimentos, cuando a mis primos les da ambos. No podemos tocar el refrigerador, sin embargo, mis primos pueden tomar lo que quieran de allí, comerse cualquier cosa y nosotros solamente ver y saborear como si pudiéramos tener la oportunidad de hacerlo. Mi padre, deja que mi abuela le dirija la vida, le dice qué puede y qué no puede hacer, le dice cuándo enojarse y cuándo estar alegre, le dice que es un mantenido y un fracasado y bueno, se lo sigue permitiendo, talvez lo sea después de todo, si sigue en las mismas, pues es lo que cree de sí mismo.

Conocimos a mi tía Vero, que fué la pareja de mi padre un tiempo, era una señora muy cariñosa y a pesar de ser alguien perfectamente ajena a la familia, nos dá mucho cariño, nos habla cosas bonitas que jamás habíamos escuchado, nos regala cosas y siempre estamos a la espera de su próxima visita a la casa.

Me trauma saber que mi padre no la aprecia tanto como nosotros, pelea con ella, la trata mal y parece no buscar en ella compañía, sino solamente saciar sus ganas, no se abre, no le cuenta sus cosas y no comparten nada. No parecen pareja, más bien, amantes.

Una de las cosas negativas que recuerdo de mi padre, en presencia de mi tía Vero, fue una noche en la que yo estaba sentado casi junto a ella, cambiando de canales en la tv, cuando la locura le entró a mi padre y de la nada, me tumbó de la silla donde estaba sentado yo, estando completamente callado y tranquilo, pues salí volando por los aires y mi espalda fue a dar contra un viejo ropero de madera que estaba cerca de la mesa donde yo buscaba entretenerme con algún programa televisivo. Siempre me he preguntado qué habré hecho para merecer haber sido lanzado contra una armazón de madera, pues estaba tranquilo, quieto, un completo zombie de la tv, y mi tía Vero sentada junto a mí, se levantó tan rápido como yo salí volando y me abrazó mientras lloraba y le reclamaba a mi trastornado padre la razón de haberme hecho tal cosa.

Bueno, es triste recordar esas cosas, y no puedo evitar un nudo en la garganta que me hace preguntar nuevamente las razones de tal injusticia y no les voy a negar, me lleno de rencor con pensar que alguien pueda hacer algo así con un niño tímido y callado, pero bueno, la vida nos golpea siempre, de nosotros depende la respuesta que daremos a estos golpes; puedes elegir entre rendirte y someterte o aguantar y avanzar. Y yo, aguanté ésta y muchas más cosas.

Como cuando mi hermano menor se quebró el brazo jugando en el parque, y yo recibí una gran golpiza solamente por no saber qué le había pasado. Igualmente cuando veía como mi padre golpeaba salvajemente a mi hermana y a mi hermano, y yo solamente rogaba porque no me golpeara a mi, muchas veces, bueno, todas las veces, por cosas insignificantes que pudieron haberse tratado de otra forma.

Toda esta violencia, combinada con los murmullos en voz alta de mi padre maldiciendo a mi madre y la indiferencia y humillaciones de mi abuela, no mostraban un futuro muy prometedor que digamos, para ninguno de nosotros. Ok, para ninguna persona.

- 20 de Diciembre de 2009, San Martín Zapotitlán, Retalhuleu, Guatemala C.A.

1 comentario:

Noelia dijo...

Una familia con sus secretos y personajes definidos, vaya que mala la abuela y que diferencias que hace entre sus nietos. menos mal que tiene a la tía que por lo menos parece quererlos. Muy bueno el relato


Saludos

Noe